domingo, 23 de noviembre de 2008

Frases Misioneras Evangelii Nuntiandi

EVANGELII NUNTIANDI
– Exhortación apostólica del Papa Pablo VI, al episcopado, al clero y a los fieles de toda la iglesia, acerca de la Evangelización en el mundo contemporáneo. (1975)

“El esfuerzo orientado al anuncio del Evangelio a los hombres de nuestro tiempo, es sin duda alguna un servicio que se presenta a la comunidad cristiana e incluso a toda la humanidad”. (EN 1)

“Jesús mismo, Evangelio de Dios, ha sido el primero y el más grande evangelizador. Lo ha sido hasta el final, hasta la perfección, hasta el sacrificio de su existencia terrena”. (EN 7)

“La tarea de la evangelización de todos los hombres constituye la misión esencial de la Iglesia ; una tarea y misión que los cambios amplios y profundos de la sociedad actual hacen cada vez más urgentes”. (EN 14)

“Evangelizar constituye la dicha y vocación propia de la Iglesia , su identidad más profunda”. (EN 14)

“La Iglesia existe para evangelizar, es decir, para predicar y enseñar, ser canal del don de la gracia”. (EN 14)

“Evangelizadora, la Iglesia comienza por evangelizarse a sí misma”. (EN 15)

“La Iglesia siempre tiene necesidad de ser evangelizada, si quiere conservar su frescor, su impulso y su fuerza para anunciar el Evangelio”. (EN 15)

“La Iglesia se evangeliza a través de una conversión y una renovación constante, para evangelizar al mundo de manera creíble”. (EN 15)

"La Iglesia es depositaria de la Buena Nueva que debe ser anunciada". (EN 15)

“Enviada y evangelizada, la Iglesia misma envía a los evangelizadores”. (EN 15)

“La Iglesia es ni más ni menos que el contenido del Evangelio y, por consiguiente, de la evangelización que ella conserva como un depósito viviente y precioso, no para tenerlo escondido, sino para comunicarlo”. (EN 15)

“Mientras dure este tiempo de la Iglesia , es ella la que tiene a su cargo la tarea de evangelizar. Una tarea que no se cumple sin ella, ni mucho menos contra ella”. (EN 16)

“Evangelizar significa para la Iglesia llevar la Buena Nueva a todos los ambientes de la humanidad y, con su influjo, transformar desde dentro, renovar a la misma humanidad: «He aquí que hago nuevas todas las cosas»". (EN 18)

“La Iglesia evangeliza cuando, por la sola fuerza divina del Mensaje que proclama, trata de convertir al mismo tiempo la conciencia personal y colectiva de los hombres, la actividad en la que ellos están comprometidos, su vida y ambiente concretos”. (EN 18)

“La Iglesia no trata solamente de predicar el Evangelio en zonas geográficas cada vez más vastas o poblaciones cada vez más numerosas, sino de alcanzar y transformar con la fuerza del Evangelio los criterios de juicio, los valores determinantes, los puntos de interés, las líneas de pensamiento, las fuentes inspiradoras y los modelos de vida de la humanidad”. (EN 19)

“La Buena Nueva debe ser proclamada en primer lugar, mediante el testimonio”. (EN 21)

“Evangelizar es, ante todo, dar testimonio, de una manera sencilla y directa, de Dios revelado por Jesucristo mediante el Espíritu Santo”. (EN 26)

“La evangelización comprende la predicación de la esperanza en las promesas hechas por Dios mediante la nueva alianza en Jesucristo”. (EN 28)

“La evangelización comprende la predicación del amor fraterno para con todos los hombres -capacidad de donación y de perdón, de renuncia, de ayuda al hermano- que por descender del amor de Dios, es el núcleo del Evangelio”. (EN 28)

“Entre evangelización y promoción humana existen efectivamente lazos muy fuertes. Vínculos de orden antropológico, porque el hombre que hay que evangelizar no es un ser abstracto, sino un ser sujeto a los problemas sociales y económicos”. (EN 31)

“Las maneras de evangelizar cambian según las diversas circunstancias del tiempo”. (EN 40)

“El primer medio de evangelización consiste en un testimonio de vida auténticamente cristiana”. (EN 41)

"La evangelización no se agota con la predicación y la enseñanza de una doctrina”. (EN 47)

“La finalidad de la evangelización es precisamente la de educar en la fe”. (EN 47)

“La Iglesia mantiene vivo su empuje misionero y no descansará hasta que no haya puesto de su parte todo lo necesario para proclamar la Buena Nueva de Jesús Salvador”. (EN 53)

“El anuncio misionero no se agota y la Iglesia se esforzará siempre en conseguir su perfeccionamiento”. (EN 53)

“Evangelizar debe ser, comunicar a la fe de los fieles”. (EN 54)

“La acción evangelizadora de la Iglesia debe buscar constantemente los medios y el lenguaje adecuados para proponerles la revelación de Dios y la fe en Jesucristo”. (EN 56)

“Si hay hombres que proclaman en el mundo el Evangelio de salvación, lo hacen por mandato, en nombre y con la gracia de Cristo Salvador”. (EN 59)

"«¿Cómo predicarán si no son enviados?» (Rom 10,15). Nadie puede hacerlo, sin haber sido enviado”. (EN 59)

“La Iglesia entera es misionera, la obra de evangelización es un deber fundamental del pueblo de Dios”. (EN 59)

“Evangelizar no es para nadie un acto individual y aislado, sino profundamente eclesial”. (EN 60)
“Ningún evangelizador es el dueño absoluto de su acción evangelizadora”. (EN 60)

“Donde la Iglesia se encuentra, se siente responsable de la tarea de difundir el Evangelio”. (EN 60)

“No habrá nunca evangelización posible sin la acción del Espíritu Santo”. (EN 75)

“El Espíritu Santo es el agente principal de la evangelización: Él es quien impulsa a cada uno a anunciar el Evangelio y quien en lo hondo de las conciencias hace aceptar y comprender la Palabra de salvación”. (EN 75)

“El Espíritu Santo es el término de la evangelización: solamente Él suscita la nueva creación, la humanidad nueva a la que la evangelización debe conducir”. (EN 75)

“A través del Espíritu Santo, la evangelización penetra en los corazones, ya que Él es quien hace discernir los signos de los tiempos -signos de Dios- que la evangelización descubre y valoriza en el interior de la historia”. (EN 75)

"La fuerza de la evangelización quedará muy debilitada si los que anuncian el Evangelio están divididos entre sí por tantas clases de rupturas". (EN 77)

“La evangelización está vinculada al testimonio de unidad dado por la Iglesia ”. (EN 77)

“El predicador del Evangelio será aquel que, aun a costa de renuncias y sacrificios, busca siempre la verdad que debe transmitir a los demás”. (EN 78)

“La obra de la evangelización supone, en el evangelizador, un amor fraternal siempre creciente hacia aquellos a los que evangeliza”. (EN 79)

“Un modelo de evangelizador como el Apóstol San Pablo, escribía estas palabras que son todo un programa para nosotros: «Así, llevados de nuestro amor por vosotros, queremos no sólo daros el Evangelio de Dios, sino aun nuestras propias vidas: tan amados vinisteis a sernos» (1Tes 2,8)". (EN 79)

“Conservemos la dulce y confortadora alegría de evangelizar, incluso cuando hay que sembrar entre lágrimas”. (EN 80)

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